lunes, 1 de noviembre de 2010

fin de octubre



no hay nada como el amor desenfrenado, las risas con toques de erotismo. confusión y alcohol, alcohol que confunde, confusión que alcoholiza. gritar como si la vida fuera en ello, casi disfrutar de que el culo no se te quiera separar de un suelo pegajoso.

y luego bailamos, saltamos, cantamos y nos meamos, joder, que aquí uno se está hidratando pero que muy bien. asoma alguna lagrimilla y nos reímos de ella.

el frío te llega a los huesos mientras ves que todo se acaba, y cuando solo que da el recuero y parece que el jolgorio ha acabado, todo se torna serio y melancólico: estás con tus amigos.

ahora bien, lo que si que no puedo describir es la sensación que he experimentado cuando, al despertarme de megarresaca, el novio de mi compañero de piso había hecho cocido para comer. ahí si que he creído morir.



señores, aprétense los cinturones que una nueva semana comienza.

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